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LA FRASE  USADA ESTA SEMANA ES: "ME PARECIÓ ESCUCHAR ALGO" ( 08 - 07 - 2017 )

Extremoduro

Llevaba viviendo en este país continuamente nublado varios años. No había día que no echara de menos a mis amigos. Seguían en España, mi país natal. Recordaba las noches de fiesta, las quedadas en un parque para pasar el rato, cuando llovía y decidían quedar en una casa y jugar a videojuegos. No he vuelto desde que me fui, aunque sigo hablándoles con frecuencia.

 Me encontraba en mi cuarto, frente al ordenador acabando un texto que debía presentar en el trabajo esa misma semana. Absorto en mis pensamientos, llevaba varias horas tratando de hacer algo brillante que impresionara al jefe. Me pareció escuchar algo en el piso de abajo, pero decidí ignorarlo. Cerré la puerta y continué lo interrumpido. De repente, el ruido se intensificó. Era una melodía. Molesto, salí de mi cuarto dispuesto a regañar al mocoso que lo estuviera poniendo. Pero, me paré en seco. Esa melodía era el comienzo de “La vereda de la puerta de atrás” una canción que solía escuchar en España, pecando de ser mi favorita en esa época. Bajé las escaleras con rapidez, abriendo la puerta de la entrada con fuerza. Allí, mis amigos con un altavoz, me saludaron después de tantos años.

Maldito canijo

Tumbado en el sofá, veía una película bien entrada la noche. Se trataba de una de acción. La típica de agentes secretos. Era mala, pero ya llevaba más de la mitad y había decidido saber que pasaría al final con el protagonista falto de luces en la cabeza. Me pareció escuchar algo.

           - Otra vez no por Dios – suspiré mosqueado

Podría haber sido un escenario perfecto para una película de miedo pero aquello era peor. ¿Por qué no podía aparecer un monstruo en vez de esa cosa? Me giré hacia el lugar del cual provenía el ruido. El pequeño roedor me miraba fijamente.

           - ¿Otra vez tú? – sabía el porqué de su visita. – No te voy a dar comida. Es más, me caes mal. Vete de mi casa

El pequeño ratoncillo me miraba. Luego, pareció oler algo y se marchó. Suspiré nuevamente. A saber lo que haría ahora. De repente, oí algo rompiéndose en el suelo.

           - ¡Serás maldito! – grité mientras corría a ver qué desastre  había hecho ahora. – Algún día pongo trampas para ese enano… - susurré como una futura venganza.